El lenguaje también recorre países
La diversidad de códigos culturales generan un lenguaje característico de cada región. Frente al fenómeno de la migración, hay que ver desde lo lingüístico, una oportunidad para enriquecer el vocabulario aprendiendo nuevas palabras.
Migrar a un nuevo país trae consigo adaptarse y conocer nuevas culturas sin dejar a un lado las costumbres propias, entre ellas, el lenguaje. Ciertas expresiones y palabras nos hacen hijos o hijas de una región, independiente que estemos radicados en otra ciudad. Por ejemplo, si usted le dice a una persona venezolana que por favor le traiga de la plaza de mercado un banano o plátano como comúnmente se conoce esa fruta en Colombia, ¿qué cree que podría pasar?.
Quizás algunos y algunas personas venezolanas puedan entender; otras y otros se pregunten: ¿qué es eso?. Lo cierto es que en el léxico de ellos y ellas, esta fruta tiene otro nombre y es cambur.
Éste es tan solo un ejemplo de la diversidad en palabras y expresiones que existen entre Colombia y Venezuela, y que tanto para personas migrantes como comunidad de acogida empiezan a ser parte de un intercambio lingüístico en el día a día.
Experiencias de interculturalidad
Alba Pereira
Directora Fundación Entre Dos Tierras
Nacionalidad venezolana
En la ciudad de Barquisimeto, estado Lara de Venezuela, creció Alba Pereira y hace un par de años se radicó en Bucaramanga. Para ella, al principio fue un poco complejo asimilar algunas expresiones y palabras, pero con el paso del tiempo ha ido enriqueciendo su lenguaje con terminología de ambos países.
“Son varias las experiencias que recuerdo y que me sucedieron cuando llegué a Bucaramanga. Empecé a buscar trabajo y vi un anuncio que decía: “Se requieren digitadores”, me quedé pensando qué será eso y al indagar me enteré que es lo mismo que nosotros en Venezuela conocemos como transcriptor”.
Otra anécdota es que un día un niño me ofreció crispetas, un término que no había escuchado. Al ver el producto comprendí que es lo que nosotros llamamos cotufa. También me sucedió con mis estudiantes, yo estaba enseñando un curso de cocina y les di una lista de ingredientes para preparar muchacho relleno en salsa de parchita; la sorpresa fue que a la clase todos llegaron con las manos vacías y no con los productos que solicité; al preguntar qué había pasado, me llevé la sorpresa que los y las estudiantes no habían entendido porque los términos los hice como los llamábamos en Venezuela y por supuesto en Colombia se dicen de otra manera, por ejemplo, parchita, que es lo mismo que maracuyá”.
Ysabel Cristina Briceño Docente universitaria Nacionalidad venezolana
Ysabel es oriunda del municipio de San Juan de los Morros en el estado Guárico, en Venezuela. Desde hace diez años se radicó en Bucaramanga y también narra su experiencia en lo relacionado con el lenguaje, tras migrar de un país a otro.
“Yo había estado bastante cercana a la frontera colombo-venezolana, porque estudié en San Cristóbal y cuando fui universitaria descubrí que la frontera es un territorio común, que diferencia a los países del resto de sus territorios. Es decir, no es lo mismo ver la frontera desde Bogotá o desde Caracas y ver y vivir la frontera con Venezuela en este caso. Cuando decides mudarte entiendes que la mayor expresión que uno tiene y la conexión con sus territorios principalmente se da a partir de las palabras. Cuando un término suena diferente para referirse a lo mismo, entonces tú dices soy persona migrante y claramente, por razones de sobrevivencia, todos empezamos a ceder terreno a esas nuevas palabras para poder conectarnos con nuestro contexto”.
“Hay algo que me llama la atención y es que en Colombia y Venezuela se refieren a algunas realidades con géneros distintos. Allá decimos gripe y aquí se dice gripa, allá se dice denuncia y aquí denuncio, allá se dice ficha y aquí ficho, allá hay una planta que se le llama dama de noche y aquí caballero de noche, entre otros ejemplos.
“Por mi experiencia, puedo decir que las palabras están asociadas al contexto y que van cambiando de acuerdo a las generaciones que vienen ya con unos códigos más universales y usan términos que antes no se escuchaban. Si tú me preguntas, cuál es la palabra más bonita que he escuchado en Venezuela, yo te respondo: Bululú, que se refiere a un grupo de personas, es como decir en Colombia la expresión: «mucho gentío”.
Mairené Tobón Consultora en asuntos migratorios Nacionalidad colombo-venezolana
Aunque es colombo-venezolana, Mairené creció en Maracaibo. Hace siete años está radicada en Bucaramanga y para ella el lenguaje tras la migración se debe ver como un proceso bidireccional que corresponde a quienes llegan, al igual que a la comunidad de acogida.
“El uso de algunos términos y expresiones está presente en los procesos de movilidad humana y no son propios y únicos de las migraciones internacionales. El primer elemento al cual se enfrentan las personas que llegan así como quienes reciben, tiene que ver con los códigos culturales del lenguaje y hay que precisar que dependiendo de las regiones existen ciertas palabras que son características. Por ejemplo, en Colombia se dice trapero, para quienes vienen del Zulia se dice lampazo, y en otras ciudades de Venezuela se dice coleto. También es importante reconocer que al interior de un país se da la migración interna y hay términos que varían de acuerdo a la ciudad y al departamento”.
Diccionario Colombovenezolano
En Colombia | En Venezuela |
Maracuyá | Parchita |
Banano | Cambur |
Crispeta | Cotufa |
Panela | Papelón |
Papaya | Lechosa |
Frijol negro | Caraotas |
Cono | Barquilla |
Pan francés | Pan canilla |
Arepas de chócolo | Cachapas |
Patacón | Tostón |
Chanclas | Cholas |
Balde | Tobo |
Recogedor | Pala |
Llanta | Caucho |
Tractomula | Gandola |
Cajón | Gaveta |
Caneca | Pipote |
Camarote | Litera |
Parce | Pana |
Chino-Pelado | Chamo-Carajito |
Si bien es cierto que algunas palabras pueden variar dependiendo el país, lo importante es generar una comunicación respetuosa entre todas y todos promoviendo la armonía y la integración de culturas por medio del lenguaje sin importar la nacionalidad.